Al menos 30 personas perdieron la vida el jueves durante un violento ataque perpetrado por hombres armados en el estado de Imo, al sureste de Nigeria. Así lo denunció Amnistía Internacional, que también reportó la quema de más de 20 vehículos y camiones en la carretera Okigwe-Owerri, una de las principales vías de la región.
Aunque la policía nigeriana confirmó el ataque, no ofreció una cifra oficial de víctimas. Ningún grupo ha asumido la autoría, pero las autoridades sospechan del Eastern Security Network, brazo armado del movimiento separatista Pueblo Indígena de Biafra (IPOB), declarado ilegal por el gobierno.
Un conflicto con raíces históricas
La tensión en el sureste de Nigeria no es nueva. La región fue epicentro de la sangrienta guerra civil entre 1967 y 1970, cuando la autoproclamada República de Biafra intentó separarse del país. El conflicto dejó más de un millón de muertos, muchos de ellos por hambre.
En la actualidad, los brotes de violencia continúan alimentados por movimientos secesionistas. Dos de sus líderes más conocidos, Nnamdi Kanu y Simon Ekpa, están detenidos en Nigeria y Finlandia, respectivamente.
Kanu enfrenta cargos por terrorismo y traición, mientras que el gobierno nigeriano asegura que busca vías diplomáticas para que Ekpa rinda cuentas.
La policía informó que un sospechoso del ataque fue abatido durante una operación de seguridad. “Estamos en intensa búsqueda de los demás implicados para que enfrenten la justicia”, declaró el portavoz policial Okoye Henry.
Amnistía Internacional pidió al gobierno nigeriano investigar los asesinatos “de forma rápida y eficaz, conforme al derecho internacional”.
Con información de AP.