Los expresidentes Hipólito Mejía y Leonel Fernández, son los únicos asistentes a la “Cumbre presidencial” del miércoles que pueden repostularse, y tienen hijos con aspiraciones presidenciales. Por eso ellos se sentaron juntos, los impedidos también.
El presidente Luis Abinader, y el expresidente Danilo Medina legalmente no pueden repostularse, ni tienen proyectos nepóticos.
Tras cinco años gobernando Abinader no tiene nada que mostrar, ni un solo “corrupto” condenado, solo desacreditó opositores. Ni el asesino confeso del ministro Orlando Jorge Mera fue condenado.
Cada día nuevas figuras del oficialismo son extraditadas por narcotráfico, cada día temenos nuevos escándalos hasta pesonales de funcionarios gubernamentales.
Sin realizaciones, autoridad moral, ni estructuras políticas, Abinader depende de los guardias y la oposición para mantenerse.
El gobierno de Hipólito, tras la quiebra de Baninter, casi colapsa, el de Abinader esta mucho peor. Ayer, Leonel dijo que había que ayudarlo a terminar su mandato “aunque lo llevemos cargados sobre nuestros hombros”. Abinader convoca a una “Cumbre histórica”, intentando distraernos del espectacular colapso de su gobierno en tiempo real, resulta muy penoso.
La Lupe diría que todo esto es “puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro”.
Los líderes saludaron a las cámaras, como saludando multitudes, son descarados simuladores profesionales.
Acordaron “discutir, aprobar y promover” una política exterior “unificada y conjunta” sobre la situación haitiana. Tras largos debates, descubrieron que “no hay solución dominicana, para la crisis haitiana”, ¡Son muy listos ellos!.
Debemos prepararnos, la clase política se unificó para defender sus privilegios, no nuestros derechos, siempre perdemos cuando se unen. Ellos esconden algo, y no es bueno.
La inestabilidad haitiana amenaza la estabilidad dominicana, lo advertí en mi artículo La Cita de Abinader, cuando asesinaron al presidente Jovenel Moïse. Abinader “acaba de descubrirlo”.
Como comandante en jefe, Abinader no necesita “consenso” para ordenar proteger la soberanía, si lo necesita, claramente necesitamos otro presidente.
Necesitamos un presidente que cumpla su juramento, “ante Dios y la patria, de cumplir y hacer cumplir las leyes” eso sería suficiente. Nos esperan tres largos y difíciles años.