Durante 73 años, la luz del faro de New Haven guió a navegantes desde los rincones más lejanos del mundo hasta la costa de Connecticut. Aunque su luz se apagó hace décadas, el faro —ubicado en el extremo este del puerto, en lo que antiguamente se conocía como Five Mile Point— sigue de pie, siendo un ícono de la ciudad.
La estructura original, construida en 1804 con madera y lámparas de aceite de ballena, era pequeña y de luz débil. Varias embarcaciones naufragaron cerca, lo que llevó al Congreso a financiar un nuevo faro en 1847. Esta torre de piedra arenisca, con escaleras de granito y una lente Fresnel, marcó un hito arquitectónico en la región. Hoy, forma parte del Registro Nacional de Lugares Históricos y se mantiene como un testimonio del pasado marítimo de New Haven.
Lighthouse Point Park no es solo historia. Actualmente, es uno de los parques más populares de la ciudad, con actividades para todas las edades. Desde la playa pública con vista a Long Island Sound, hasta el carrusel antiguo con 72 figuras talladas que gira cada 20 minutos por solo 50 centavos.
En verano, el parque se llena de vida. Niños juegan en el “splashpad”, adultos pescan en el muelle o lanzan sus botes al mar, y las familias se reúnen en los pabellones para disfrutar de un picnic bajo la sombra. También se ofrecen refrescos todos los días y hay facilidades para rentar espacios o celebrar eventos privados.
Cada septiembre, el parque acoge el Festival de Migración, una jornada dedicada a la observación de aves, mariposas y halcones, en alianza con Audubon Connecticut. El parque, ubicado en una ruta migratoria clave del Atlántico, es un punto obligado para los amantes de la naturaleza.
Lighthouse Point Park es, sin duda, un lugar donde la historia, el mar y la comunidad se encuentran.